En Trabajo Social hemos aprendido a adaptarnos a los cambios, y uno de los más importantes de los últimos años ha sido la digitalización. Herramientas, plataformas, recursos tal y como hemos podido ver en este proyecto a lo largo de los años nos ha demostrado que lo digital nos permite llegar más lejos, atender mejor y responder con rapidez. Pero hay algo que no podemos dejar de lado: nuestra salud.
Porque sí, trabajamos en digital…Pero nuestra salud es real.
- ¿Qué entendemos por salud digital?
La salud digital no se trata solo de saber usar bien la tecnología. Va más allá: es una práctica consciente que nos invita a reflexionar sobre el modo en que usamos las pantallas, el tiempo que les dedicamos y el impacto que tienen en nuestro bienestar emocional, físico y mental.
Como profesionales sociales, damos mucho de nosotras mismas. Si no cuidamos nuestro equilibrio digital, acabamos desgastadas, dispersas o saturadas. Y eso también afecta a cómo intervenimos con las personas.
- ¿Por qué a veces necesitamos desconectarnos?
La desconexión digital no es un lujo, ni un capricho. Es una necesidad. Desconectar no es huir de lo digital, sino aprender a ponerle límites. Es recuperar espacios de pausa, silencio, contacto real y descanso. Es poder volver a mirar el móvil con intención, y no con ansiedad.
- Tips para mejorar tu bienestar digital (especialmente si usas Android):
Muchos móviles Android incorporan funciones en el apartado de Bienestar digital o Salud digital, que te pueden ayudar a cuidar tu equilibrio tecnológico. Aquí algunos tips que puedes poner en práctica desde hoy:
-Consulta tu tiempo de pantalla. Revisa cuántas horas pasas al día en cada app.
-Configura temporizadores diarios. Puedes limitar el uso de redes sociales o apps que te roban tiempo.
-Activa el modo descanso. Ideal por las noches: reduce distracciones, silencia notificaciones y cambia los colores de la pantalla.
-Haz pausas digitales reales. Aunque sean 10 minutos entre tareas, sin móvil.
-Silencia lo que no suma. Notificaciones innecesarias, grupos saturados, apps que no usas.
-Desconecta para reconectar. Con tu cuerpo, tus emociones y tu propósito profesional.
Digitalizar nuestra intervención social es una gran oportunidad. Pero no podemos permitir que lo urgente sustituya a lo importante: nuestro bienestar.
La desconexión digital no es dejar de hacer. Es hacer desde otro lugar, uno más consciente, más cuidado, más sostenible. Si tú también estás en este camino, te invito a seguir el contenido de Estela Social para aprender a potenciar tu trabajo desde lo digital sin perder la parte humana…sin que nos perjudique emocionalmente.